Ubicado en el barrio de las bodegas, hay un grupo de cuevas que llamamos "scriptorium rupestre". Debido a la teoría del historiador D. Antonino González Blanco, que asegura que allí debió establecerse la escuela de amanuenses que dio lugar, ya en el siglo X, al scriptorium del Monasterio de San Martín. Hay algunos indicios que sugieren que éste debió ser un recinto religioso.
Otros autores prefieren creer que este conjunto se construyó con el fin de almacenar y conservar en buenas condiciones los alimentos, y lo llaman "granero rupestre". En cualquier caso, constituyen un conjunto de gran belleza y no exento de un aire de misterio.